“¿Acaso no comprendieron los de Israel que Dios daría la salvación a otros, si ellos la rechazaban? Sí lo comprendieron, porque, ya por medio de Moisés, Dios había dicho:"Yo os pondré celosos de una nación que no es la mía; provocaré vuestra ira con una nación falta de sensatez". Y más tarde dijo Isaías con toda claridad:
“Me encontraron los que no me buscaban; me manifesté a los que ni siquiera preguntaban por mí"; y acerca de Israel dijo: "Todo el día tengo los brazos abiertos para recibir a un pueblo que sin cesar se rebela contra mí y me contradice”
Romanos 10:19-21
Como ha sido siempre o hasta hace un tiempo, nosotros hemos sido los que buscan a Dios, los que necesitamos de Él, pero ¿cuáles son nuestros reales motivos de búsqueda?, necesidad, hambre o por amor?, el amor de Dios no es suficiente para el ser humano de esta época, quizás en décadas pasadas, uno podía hablar con alguien desesperado y decirle que Dios le amaba y eso era suficiente para salvar esa vida, ahora con el correr de los años y el acercamiento del fin de los tiempos, se torna insuficiente el amor del Padre, así como a Israel no le bastó la ley, a nosotros no nos bastó el amor. Si, es lamentablemente cierto, pero esa es nuestra realidad, si hacemos un poco de memoria escritural, a los Judíos de los tiempos de Jesús, les pasó lo mismo, tuvo que venir Juan el bautista y declararles, que el reino de los cielos se había acercado a los hombres, a diferencia del los mensajes anteriores a Juan, donde Dios era un ser más distante, en oposición de lo que es Cristo y lo que significaba su ministerio, esa, por una parte era la gran noticia, el evangelio (buenas nuevas) pero traía consigo algo más que solo el acercamiento, traía consigo un: LLAMADO, llamado al arrepentimiento y a la conversión, Ud. Me podría decir que es un ser arrepentido, que cuando comete un error se arrepiente de corazón, es más, yo le creo, el punto es que el texto y el espíritu con el cual predica Juan no terminan ahí, si no que Pedro dá la revelación completa de la palabra dada por Juan en el desierto y le agrega el CONVERTÍOS, (Hacer que una persona llegue a ser algo distinto de lo que era), no es solo arrepentirse, lo cual es muy importante, es solo el primer paso de algo mayor, cambiar, dejar de hacer lo que ocasiona nuestro arrepentimiento y comenzar a hacer algo diferente, mejor, hacer nuestro llamado cumplible en nosotros.
