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lunes, 7 de febrero de 2011

Oh Sion... parte uno

Despierta, despierta, vístete de poder, OH Sión; vístete tu ropa hermosa, OH Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo.
Isaías 52:1

Hablar de Sión es hablar muchas veces de un lugar asociado a la idea de destrucción, y, a la vez, de salvación, de resistencia, de lucha y prueba, lugar de refugio, remanente, última batalla y último bastión de la raza humana. Películas por ejemplo como La Matrix se relaciona con un remanente de la humanidad que escapa de la aniquilación total y, la aparición de un salvador que surge de entre ellos mismos; Estos viven en paupérrimas condiciones con la esperanza de sobrevivir en medio de una batalla que a todas luces perderán, a no ser por este salvador.
La verdad a veces el mundo tiene una percepción de la realidad espiritual que los manifiesta en tantas películas que vemos en el cine, claro que piensan que es su imaginación, pero la lucha entre el bien y el mal, la sobrevivencia de la raza humana, una amenaza de destrucción planetaria, etc.; Todo dejando entrever la creencia de que el Hombre tiene un destino que sobrepasa a su propia comprensión. El Hombre sin Dios percibe de alguna manera un mover espiritual que está ocurriendo en los aires. El problema parece ser que La Iglesia no esta percibiendo este mismo mover y. si lo percibe, no lo está comprendiendo trayendo como consecuencia legalismos y religiosidad para tener entretenida a la audiencia. Siguiendo con esta tercera parte de este versículo de Isaías 52, veremos que Dios habla a Sión, y a la vez, a nosotros, a esta generación, a usted y a mí, y también a la Iglesia. Sión es un lugar físico situado en el semidividido país de Israel, la verdad es un monte que se identifica con Jerusalén e Israel, no es Israel, pero al hablar de Sión es como hablar de Israel, aún Dios mismo cuando habla de Sión se refiere a Jerusalén e Israel. Entonces entendemos que el Monte de Sión es un lugar estratégico, porque influye y otorga una identidad a toda una nación.
Es un monte donde antiguamente fue edificada parte de la ciudad de Jerusalén y permanece hasta hoy. Su nombre antiguo era Jebús. Se dice que antiguamente reinaba y oficiaba como sacerdote Melquisedec, que es figura de Cristo, ¿Ha escuchado de El?, luego de un tiempo vemos que se ha convertido en una fortaleza de los Jebuseos. El rey David la conquista y edifica la ciudad de David. Entonces el país toma la identidad y se identifica con el monte de Sión, y se les conoce como los Hijos de Sión. Por eso al hablar de los sionistas, de los de Sión, se refiere a los Judíos.

Pero como este espacio es para adentrarnos en lo que Dios quiere hablarnos, y como hemos visto en los anteriores estudios, en todo esto hay un trasfondo espiritual, un mensaje para la Iglesia de hoy, rescatemos entonces el principio espiritual a través de estas dos palabras por las cuales Dios nos quiere hablar.

Al comprender que antiguamente Melquisedec era Rey y Señor de Salem además de sacerdote. Salem es el lugar donde estaba ubicado Jerusalén. Esto nos lleva a comprender que en el principio nuestras vidas estaban ligadas al propósito original de Dios, al estar en los lomos de Adán, estábamos para “Señorear o reinar”, Dios tiene un plan con nosotros desde mucho antes de la caída de Adán, es el Rey y Señor original, somos propiedad de El. Pero algo ocurrió que nos apartó de El. Usted conoce la historia de la caída del hombre Adán. Y por ende de nosotros.

Sabemos que Jerusalén somos nosotros, que es figura de la Iglesia, la Jerusalén celestial, como Iglesia y como Cuerpo, pero también en forma individual, como persona singular, es decir usted, yo, y que entonces el monte de Sión es nuestra mente, sáquese por un momento que está hablando de el pueblo de Israel real, nos está hablando a nosotros está hablando con usted, conmigo, para este tiempo, y nos dice que hay un lugar estratégico en que se desarrolla una batalla por el control, quien controle su mente controla toda su vida, quien controle Sión, influye en todo Israel. En Proverbios 23: 7 dice: “porque cual su pensamiento en su corazón, tal es él.”, también en el salmo 125:1 dice “Los que confían en Jehová son como el monte de Sión, Que no se mueve, sino que permanece para siempre. Inevitablemente el tipo de pensamientos que tengamos formarán nuestra identidad de vida.

El Monte de Sión es su cabeza, es su corazón, es su mente; es el lugar donde se alojan nuestros pensamientos que regulan nuestra conducta, lo que determinará nuestro estilo de vida. Es en éste lugar donde se encuentra la batalla más fuerte entre Dios y Satanás. El primer llamado de Jesús fue a arrepentirse y el origen del griego de esta palabra es Metanoéo que significa pensar diferente, o sea que el llamado de Jesús es “Cambien su manera de pensar por otra de forma diferente, a la manera de Dios”. Por eso cuando recibimos vida, el Espíritu Santo llega a nuestro espíritu, luego, a través del Espíritu comienza a escribir sus pensamientos en nuestra mente, cambiando nuestro enfoque a la manera de Dios y no de acuerdo a nuestra mentalidad a medida que se lo vayamos permitiéndolo.

Jeremías 1:33…Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón (que es lo mismo que mente); y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

Nuestra mente, también conocida como corazón, alma, es donde reside nuestro intelecto, conocimiento, las ideas, razonamientos e imaginación, además de nuestras emociones y voluntad.

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